miércoles, 14 de enero de 2015

El más antiguo arco neolítico en Europa se encuentran en España

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El más antiguo arco neolítico en Europa se encuentran en España




Arco neolítico encontrado en La Draga, ca. 5400-5200 equipo de investigación BCA por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (CSIC) en Cataluña ha desenterrado un arco completo tejo neolítico en el yacimiento arqueológico de La Draga en el lago de Banyoles, en el noreste de Cataluña, España. El arco es de 42,5 pulgadas de largo (108 centímetros) y las fechas de entre 5400 y 5200 aC, los primeros tiempos de la colonización en la zona, lo que hace el arco neolítico más antiguo jamás encontrado en Europa. Estos no son los arcos antiguos de Europa, para ser claros. Ese título va al Paleolítico arcos descubiertos en la Holmegård Pantano en Dinamarca en la década de 1940. Dos arcos de olmo encontraron allí datan de alrededor de 6000 aC Uno de ellos es completa, tiene una biconvexa (curva en ambos lados) sección central en forma de D con brazos planos, y en cinco pies de largo es considerablemente mayor que el arco de la Draga. Las flechas se han encontrado en Alemania desde 9,000-8,000 aC

Las excavaciones en La DragaThis arco descubierto recientemente es el más antiguo encontrado hasta el momento desde los albores de la agricultura en Europa neolítica. Excavaciones anteriores en 2002 y 2005 descubrieron fragmentos de arcos de la misma época, pero eran demasiado pequeños para que los científicos obtienen ninguna nueva información acerca de las herramientas, incluyendo su fabricación y uso. Otros arcos neolíticos se han encontrado en Europa central y del norte, pero son más recientes que los descubrimientos de La Draga y fragmentaria. Este largo plano-convexo (curvado por un lado, de frente al otro) arco antiguo permitirá a los científicos un análisis detallado y revelar nueva información no sólo sobre cómo se hizo el arco y la utiliza, sino también acerca de la tecnología, los rituales, y la cultura de uno de las primeras comunidades agrícolas en Europa.

    
El sitio de La Draga es excepcional por varias razones. En primer lugar, debido a su antigüedad, que está considerado como uno de los más antiguos del Neolítico existente en la Península Ibérica. En segundo lugar, porque es un sitio al aire libre con una ocupación bastante continua. Por último, y sin duda lo más notable, debido a sus condiciones excepcionales en los que se conserva. Los niveles arqueológicos se encuentran en la capa freática que rodea el lago de Banyoles, dando paso a condiciones anaeróbicas que favorecen la conservación de la materia orgánica. Estas circunstancias hacen de La Draga un sitio único en toda la Península Ibérica, ya que es el único que sabe que tienen estas características. En Europa, junto con Dispilo en Grecia y La Marmota en Italia, es uno de los pocos asentamientos lago desde el sexto milenio antes de Cristo. La Draga arco y cráneos bovina presentado al Pressit es un yacimiento neolítico temprano increíblemente variada, sobre todo en comparación con sus contemporáneos de la cueva de ruedas. Hoyos de poste de la vivienda se han descubierto, madera, piedra y hueso herramientas, piezas decorativas, granos de cereales, y más de 22.000 restos de animales, la mayoría de ellos procedentes de los animales domésticos como ovejas, cabras, cerdos y vacas. Las edades de los animales indican que fueron utilizados no sólo para la carne, sino también para la producción de leche también. Los habitantes también recogidos verduras, frutas, bayas y nueces, cazaban búfalos, jabalíes, conejos, ciervos, y pescaban en el lago y el mar 30 kilómetros de distancia. En cuanto a la dieta por sí sola, la gente de La Draga tenían un mucho mejor nivel de vida que la gente tiene en la mayor parte de la llamada historia de Europa civilizada. Eso no quiere decir que es definitivo que el arco se utilizó para adquirir alimentos. Podría haber tenido un propósito completamente diferente, ha sido un símbolo de prestigio social, por ejemplo, o un arma de guerra o medio de defensa propia. Es por eso que el arco completo es un hallazgo muy emocionante; podría responder a algunas de esas preguntas mientras que los fragmentos no pueden.


El equipo de arqueólogos que excava el yacimiento de La Draga, en Banyoles, ha descubierto un arco de hace unos 7.400 años.

El hallazgo es excepcional pero no sólo por su antigüedad, sino también porque emerge en un periodo -el Neolítico- en que los clanes viven de la agricultura. Por lo que se sabe hasta ahora, apenas el 2% de lo que comía el grupo de Banyoles es de origen animal. En estas circunstancias, ¿para qué un arco? Posiblemente para su ostentación, lo que podría ofrecer datos sobre la organización social prehistórica.

El pedazo de palo de tejo mide apenas 108 centímetros, con lo que la potencia de sus proyectiles no podía ser muy grande, lo que instiga la tesis de que el arco careció de una función bélica, defensiva o cinegética, aunque todo ello está en análisis.

La pieza será sometida ahora a un largo proceso de consolidación. Su perfecto estado de conservación se debe a las condiciones de humedad del subsuelo, a pocos metros del lago, pero su extracción lo dañaría si no se actúa con extremo cuidado. Se consolidará con resinas y en un par de años podría integrarse en la coleccion del Museu Arqueològic Comarcal de Banyoles.


                         Una de las investigadoras muestra el arco de caza 

Fabricado con madera de tejo (Taxus Baccata) y de 1,08 metros de longitud. Estas son las características del arco más antiguo del Neolítico descubierto hasta la fecha, que ha sido recuperado en el yacimiento arqueológico de La Draga (Girona). El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha participado en el hallazgo de esta pieza cuya datación estima su origen hace entre 7.400 años y 7.200 años.


Proceso de excavación en el yacimiento neolítico de la Draga. 


Proceso de excavación en el yacimiento neolítico de la Draga.


Restos de las maderas de las viviendas neolíticas de la Draga. 


Detalle del momento de excavación del arco. 


Arco entero hallado durante la campaña de excavación 2012.

Arco entero hallado durante la campaña de excavación 2012.


 Comentarios: 

Dice el texto que, por sus características, el arco "careció de una función bélica, defensiva o cinegética", por lo que posiblemente fuese construido simplemente para demostrar poder, ostentación. Podría darse la circunstancia que se emplease también como instrumento musical. En la cueva de
Trois Frères hay pinturas del período magdaleniense entre las que destaca la figura de un brujo que, supuestamente, toca un "arco musical".

 

Los arcos musicales son los instrumentos de cuerda más antiguos del mundo. En principio, eran construidos con fines cinegéticos, o bélicos, y al mismo tiempo servían para reproducir música. No sé si, con el tiempo, pudieron terminar fabricándose dos tipos separados: los preparados para lanzar proyectiles, por un lado, y los utilizados exclusivamente para un fin musical por otro...

 
Aquí va otra variante de arcos musicales que se ha utilizado en varios lugares, lleva una vejiga a modo de caja de resonancia.



Se ha hablado desde hace mucho tiempo de la antigüedad de los arcos musicales, pero ya veis que si es por la imagen de la cueva de los Trois Frères, está más que cogido por los pelos y sin embargo se ha sentado Cátedra con ello, y si es por el uso en África de una forma concreta de uso, no sabemos desde cuando es así.

Si es porque el arco al tensar y destensar al tirar las flechas emite un sonido, también lo emite un hueso vacío, una piedra o palo golpeando una madera u otra piedra, y en todo ello nos movemos más en la creencia y ganas de que sea así, que en la realidad de que podamos documentarlo. Tenemos evidencias de flautas de hueso que podían hacer melodías de hace 40000 años.

También se ha hablado de que pudo ser, sencillamente porque tienen forma arqueada, el origen de algunos tipos de harpas, como los ngombiotru, dungus, saung gauk, nablas, bnt, pero para ello se necesita una grandísima evolución y el uso de más técnicas empleadas en su construcción. Tenemos imágenes más antiguas de instrumentos tipo kinnor, liras, etc, que de harpas.

Parece ser que es en Megido, Israel, donde se encuentra, grabada en una peña, la representación más vieja de un kinnor. Algunos autores datan este hallazgo como de hace seis mil años.

Se piensa, por los datos encontrados, que en Sumeria se utilizaron instrumentos de cuerda pellizcados con caja harmónica, llamado zaggal o zagsal. Algunos caracteres usados en la escritura sumeria durante el periodo Uruk, hace 4800 años, representaban harpas. También representaban el sonido balag o balang.

En una placa datada en el año 2600 adne, que se conserva en el Oriental Institute de Chicago, y encontrada en el templo sumerio de Khafage, puede verse claramente una harpa pequeña en las manos de un músico que toca de pie.

De todas formas, ojalá sigan apareciendo hallazgos para poder ir documentando la historia, y el uso de instrumentos musicales.




ORIGEN DE LAS PUNTAS DE FLECHA

En los yacimientos prehistóricos de mayor antigüedad se han encontrado numerosas puntas de flecha de pedernal hábilmente talladas. Ya en estos primeros ejemplares aparece la punta de flecha con forma triangular, que se ha conservado desde entonces. El uso del arco parece remontarse en Europa a una época muy lejana, a la del Edad del Reno. En alguna estación lacustre se han encontrado restos de arcos de madera pertenecientes a la época neolítica.

 

Los tipos de flechas prehistóricas son muy numerosos: unos tienen la forma de almendra, otros la forma de hoja de laurel o de olivo, otras son triangulares o romboidales. En su base suelen presentar un semicírculo o bien dos puntas. Algunas de estas puntas de pedernal o cristal de roca se conservan en el Museo Arqueológico Nacional de España.

Los egipcios, que, como es sabido, eran excelentes arqueros, usaban flechas con el asta de madera y la punta de bronce, generalmente de forma triangular. Para la caza, se servían de flechas con puntas de madera o de pequeños dardos con triple punta de pedernal sujeta al asta por medio de un mástil negro. Las flechas egipcias tenían, por el lado opuesto, tres plumas para estabilizar el movimiento del arma durante el vuelo. En los monumentos que se conservan se presenta a los guerreros provistos de carcajes ricamente decorados. Los carros de guerra llevan siempre al costado un carcaj.



Según se puede apreciar en los bajorrelieves asirios, las flechas orientales eran del mismo tipo que las egipcias. La punta en forma de hoja de laurel debía ser de bronce, el asta es bastante larga y lleva sujetas al extremo unas plumas. Los arqueros llevan revestido el antebrazo de una especie de manguito, que debía ser de cuero, para evitar el roce de la cuerda. También nos informa Heródoto que los antiguos orientales, en especial los partos, eran muy hábiles en el manejo de la flecha. También parece que era un arma terrible en manos de los etíopes, que no llevaban carcaj, sino que colocaban las flechas sobre una especie de casquete con que se cubrían la cabeza. Los escitas y los númidas tenían la habilidad de lanzar sus flechas indistintamente con la mano derecha o la izquierda.

Los griegos no fueron tan buenos tiradores de flechas como los orientales. Sin embargo, debieron copiar de éstos el arma. La flecha griega medía unos 60 cm, el asta era de madera muy ligera y la punta metálica, simple o barbada, generalmente trilobulada. El apéndice de las plumas era idéntico al de los orientales. El carcaj griego contenía de 12 a 20 flechas y lo llevaban al costado izquierdo, guardando también en él algunas veces el arco. Los tiradores griegos acostumbraban a hincar en tierra una rodilla, tal y como lo atestiguan los monumentos que conocemos, y entre ellos el frontón del templo de Egina. Los cretenses tenían fama de diestros en el manejo del arco desde los tiempos de Homero, y en una época bastante avanzada de la Historia constituyeron un cuerpo especial del ejército griego.
Los germanos no parece que utilizaran la flecha más que para la caza. Sin embargo, los celtas y galos la emplearon como un arma de guerra. Los hunos usaban unas flechas de cuero indistintamente para la caza o para la guerra.
En cuanto a la Edad Media, los monumentos que conocemos sirven de testimonio del uso de la flecha como arma de primera importancia entre la infantería de los primeros tiempos. Sabemos que por el siglo XII el arquero llevaba dos carcajes de cuero: uno para las flechas y otro para el arco. Los hierros de las flechas eran semejantes a los de las saetas de las ballestas; es decir, que tenían dos, tres y hasta cuatro puntas y rara vez barbadas como en la antigüedad. En cuanto a la longitud del asta, guardaba relación con la mayor o menor rigidez del arco, así como la estatura del arquero.
Los afamados arqueros ingleses, que se decía tiraban 12 flechas en un minuto hasta 220 m de distancia, llevaban un arco de su misma estatura y flechas de 90 cm de longitud.

Hasta el siglo XIV parece que los hierros de las flechas usados en Francia ofrecían en su base una parte hueca para sujetarlos al asta, y desde esa época el hierro se hizo más estrecho y ofrecía cuatro puntas caídas. La aparición de las armas de fuego desterró por completo en Europa el empleo de la flecha.




En América, Asia, África y Oceanía, la flecha se usó desde tiempos muy antiguos y todavía se utiliza por algunas tribus. Las flechas envenenadas con jugo de plantas o venenos de animal han servido de arma de guerra en América, India y a lo largo de las costas desde Arabia hasta China.



Una punta de flecha es una punta, por lo general afilada, sumada a una flecha para que su uso sea más mortífero o para cumplir algún propósito especial. Históricamente, las puntas de flecha eran de piedra y de materiales orgánicos; conforme la civilización humana avanzaba otros materiales fueron utilizados. Las puntas de flecha son importantes piezas arqueológicas y una subclase de punta lítica.



En la edad de piedra, la gente usaba huesos afilados, piedras talladas, escamas (lascas) y trozos de roca como armas y herramientas. Tales artículos se mantuvieron en uso a lo largo de la civilización humana, junto con los nuevos materiales utilizados con el paso del tiempo. 



Como artefactos arqueológicos tales objetos son clasificados como puntas líticas, sin especificar si eran para ser proyectadas por un arco o por otros medios de lanzamiento.

Tales artefactos se pueden encontrar en todo el mundo. Las que han sobrevivido están hechas, generalmente, de piedra, sobre todo de sílex, obsidiana o chaillé, pero en muchas excavaciones se encuentran puntas de flecha de hueso, madera y metal.

 

En agosto de 2010, un informe sobre las puntas líticas de piedra, que datan de hace 64 000 años, excavadas de las capas de sedimentos antiguos en Sibudu Cave, Sudáfrica, por un equipo de científicos de la Universidad de Witwatersrand, fue publicado. Los exámenes dirigidos por un equipo de la Universidad de Johannesburgo encontraron rastros de residuos de sangre y hueso, y adhesivo hecho de una resina a base de plantas usado para sujetar la punta a una varilla de madera. Esto indicó "el comportamiento exigente cognitivo" necesario para fabricar pegamento.
 

"La caza con arco y flecha requiere múltiples etapas complejas de planificación, recolección de material, herramienta de preparación e implica una serie de innovadoras habilidades sociales y comunicativas".



Diseño

La punta de flecha se une al eje (astil) de la flecha para ser disparada con un arco; el mismo tipo de puntas líticas pueden estar unidos a las lanzas y ser arrojadas por medio de un átlatl (lanzadardos).

 

La punta de flecha o punta lítica es la parte funcional primaria de la flecha, y juega el papel más importante en la determinación de su propósito. Algunas flechas simplemente utilizan una punta afilada del mismo astil, pero es mucho más común separar las puntas de flecha hechas, por lo general, de metal, cuerno, o algún otro material duro.


Las puntas de flecha pueden estar unidas al astil con una tapa, una espiga a zócalos, o insertarse en una ranura del astil y mantenerse fija mediante un proceso llamado enmangamiento.



 

 

 
 

 

 

 

 


 






























































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ORIGEN DE LAS PUNTAS DE FLECHA

En los yacimientos prehistóricos de mayor antigüedad se han encontrado numerosas puntas de flecha de pedernal hábilmente talladas. Ya en estos primeros ejemplares aparece la punta de flecha con forma triangular, que se ha conservado desde entonces. El uso del arco parece remontarse en Europa a una época muy lejana, a la del Edad del Reno. En alguna estación lacustre se han encontrado restos de arcos de madera pertenecientes a la época neolítica.

 

Los tipos de flechas prehistóricas son muy numerosos: unos tienen la forma de almendra, otros la forma de hoja de laurel o de olivo, otras son triangulares o romboidales. En su base suelen presentar un semicírculo o bien dos puntas. Algunas de estas puntas de pedernal o cristal de roca se conservan en el Museo Arqueológico Nacional de España.

Los egipcios, que, como es sabido, eran excelentes arqueros, usaban flechas con el asta de madera y la punta de bronce, generalmente de forma triangular. Para la caza, se servían de flechas con puntas de madera o de pequeños dardos con triple punta de pedernal sujeta al asta por medio de un mástil negro. Las flechas egipcias tenían, por el lado opuesto, tres plumas para estabilizar el movimiento del arma durante el vuelo. En los monumentos que se conservan se presenta a los guerreros provistos de carcajes ricamente decorados. Los carros de guerra llevan siempre al costado un carcaj.




Según se puede apreciar en los bajorrelieves asirios, las flechas orientales eran del mismo tipo que las egipcias. La punta en forma de hoja de laurel debía ser de bronce, el asta es bastante larga y lleva sujetas al extremo unas plumas. Los arqueros llevan revestido el antebrazo de una especie de manguito, que debía ser de cuero, para evitar el roce de la cuerda. También nos informa Heródoto que los antiguos orientales, en especial los partos, eran muy hábiles en el manejo de la flecha. También parece que era un arma terrible en manos de los etíopes, que no llevaban carcaj, sino que colocaban las flechas sobre una especie de casquete con que se cubrían la cabeza. Los escitas y los númidas tenían la habilidad de lanzar sus flechas indistintamente con la mano derecha o la izquierda.

Los griegos no fueron tan buenos tiradores de flechas como los orientales. Sin embargo, debieron copiar de éstos el arma. La flecha griega medía unos 60 cm, el asta era de madera muy ligera y la punta metálica, simple o barbada, generalmente trilobulada. El apéndice de las plumas era idéntico al de los orientales. El carcaj griego contenía de 12 a 20 flechas y lo llevaban al costado izquierdo, guardando también en él algunas veces el arco. Los tiradores griegos acostumbraban a hincar en tierra una rodilla, tal y como lo atestiguan los monumentos que conocemos, y entre ellos el frontón del templo de Egina. Los cretenses tenían fama de diestros en el manejo del arco desde los tiempos de Homero, y en una época bastante avanzada de la Historia constituyeron un cuerpo especial del ejército griego.
Los germanos no parece que utilizaran la flecha más que para la caza. Sin embargo, los celtas y galos la emplearon como un arma de guerra. Los hunos usaban unas flechas de cuero indistintamente para la caza o para la guerra.
En cuanto a la Edad Media, los monumentos que conocemos sirven de testimonio del uso de la flecha como arma de primera importancia entre la infantería de los primeros tiempos. Sabemos que por el siglo XII el arquero llevaba dos carcajes de cuero: uno para las flechas y otro para el arco. Los hierros de las flechas eran semejantes a los de las saetas de las ballestas; es decir, que tenían dos, tres y hasta cuatro puntas y rara vez barbadas como en la antigüedad. En cuanto a la longitud del asta, guardaba relación con la mayor o menor rigidez del arco, así como la estatura del arquero.
Los afamados arqueros ingleses, que se decía tiraban 12 flechas en un minuto hasta 220 m de distancia, llevaban un arco de su misma estatura y flechas de 90 cm de longitud.

Hasta el siglo XIV parece que los hierros de las flechas usados en Francia ofrecían en su base una parte hueca para sujetarlos al asta, y desde esa época el hierro se hizo más estrecho y ofrecía cuatro puntas caídas. La aparición de las armas de fuego desterró por completo en Europa el empleo de la flecha.





En América, Asia, África y Oceanía, la flecha se usó desde tiempos muy antiguos y todavía se utiliza por algunas tribus. Las flechas envenenadas con jugo de plantas o venenos de animal han servido de arma de guerra en América, India y a lo largo de las costas desde Arabia hasta China.



Una punta de flecha es una punta, por lo general afilada, sumada a una flecha para que su uso sea más mortífero o para cumplir algún propósito especial. Históricamente, las puntas de flecha eran de piedra y de materiales orgánicos; conforme la civilización humana avanzaba otros materiales fueron utilizados. Las puntas de flecha son importantes piezas arqueológicas y una subclase de punta lítica.



En la edad de piedra, la gente usaba huesos afilados, piedras talladas, escamas (lascas) y trozos de roca como armas y herramientas. Tales artículos se mantuvieron en uso a lo largo de la civilización humana, junto con los nuevos materiales utilizados con el paso del tiempo. 
 



Como artefactos arqueológicos tales objetos son clasificados como puntas líticas, sin especificar si eran para ser proyectadas por un arco o por otros medios de lanzamiento.

Tales artefactos se pueden encontrar en todo el mundo. Las que han sobrevivido están hechas, generalmente, de piedra, sobre todo de sílex, obsidiana o chaillé, pero en muchas excavaciones se encuentran puntas de flecha de hueso, madera y metal.

 

En agosto de 2010, un informe sobre las puntas líticas de piedra, que datan de hace 64 000 años, excavadas de las capas de sedimentos antiguos en Sibudu Cave, Sudáfrica, por un equipo de científicos de la Universidad de Witwatersrand, fue publicado. Los exámenes dirigidos por un equipo de la Universidad de Johannesburgo encontraron rastros de residuos de sangre y hueso, y adhesivo hecho de una resina a base de plantas usado para sujetar la punta a una varilla de madera. Esto indicó "el comportamiento exigente cognitivo" necesario para fabricar pegamento.
 

"La caza con arco y flecha requiere múltiples etapas complejas de planificación, recolección de material, herramienta de preparación e implica una serie de innovadoras habilidades sociales y comunicativas".



Diseño

La punta de flecha se une al eje (astil) de la flecha para ser disparada con un arco; el mismo tipo de puntas líticas pueden estar unidos a las lanzas y ser arrojadas por medio de un átlatl (lanzadardos).

 

La punta de flecha o punta lítica es la parte funcional primaria de la flecha, y juega el papel más importante en la determinación de su propósito. Algunas flechas simplemente utilizan una punta afilada del mismo astil, pero es mucho más común separar las puntas de flecha hechas, por lo general, de metal, cuerno, o algún otro material duro.


Las puntas de flecha pueden estar unidas al astil con una tapa, una espiga a zócalos, o insertarse en una ranura del astil y mantenerse fija mediante un proceso llamado enmangamiento.




 

 

 
 

 

 

 

 


 






























































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CASIMIRO GARDEA OROZCO
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